quarta-feira, 5 de março de 2014

FIN DEL INVIERNO: PEZIZAS, NARCISOS Y ORQUÍDEAS EN LA SIERRILLA.


    Las pezizas son las setas más frecuentes que encontramos al final del invierno en las dehesas con abundante humus. Como ya hemos dicho, estos hongos son muy difíciles de clasificar por sus propiedades físicas, siendo necesario el uso del microscopio para distinguir entre unas especies y otras. De todas formas, por el lugar donde lo hemos encontrado y el tiempo del año, podríamos marcar estas pezizas como Peziza badioconfusa. Estaban en plena esporada: bastaba tocarlas un poco para que un grisáceo polvillo se levantara de su interior y se lo llevase el viento. La otra seta que parece perenne en el campo extremeño durante todo el invierno era la siempre presente senderuela, algo descoloridas esta vez por la lluvia.
   Pero ya estamos en transición. La ruta del depósito de la sierra de Aguas Vivas ya estaba cubierta de eneldos (de los que hablaremos otro día) y la retama blanca empieza a florecer con fuerza. El campo cacereño se despereza del invierno y empieza a invitarnos a disfrutar de las breves flores de la primavera, y eso que el día no invitaba precisamente a andar buscando flores o setas. Entre las primeras, fieles a la  cita como siempre, se encontraban los narcisos pálidos, muy abundantes en algunos parajes de la sierra de Aguas Vivas, aunque el año pasado los veíamos un mes entero antes (en torno a la segunda semana de febrero). Y ya, por fin, logramos avistar la primera orquídea de la temporada, la Orchis Champagneuxii, que ya habíamos reconocido el año pasado en las laderas del Cerro Otero, y que ahora vemos en las cercanías del depósito. 

 Orchis champagneuxii en las cercanías del depósito. La encontramos en solitario frente a las poblaciones típicas de la zona del narciso pálido.
"Allí donde el narciso encuentres, la primavera está en ciernes", nos dice el profesor Tibb. Y no le falta razón.

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