sexta-feira, 21 de outubro de 2016

EL TRASQUILÓN REVISITADO

El aspecto actual del caserón del siglo XVII. 
Los gansos siguen a sus anchas por la laguna del Trasquilón. 
Todo fluye, nos dice Heráclito. Todo cambia, nada permanece. Y esa es la verdad hasta para la llanura cacereña, donde parece que el tiempo pasa de manera más lenta que en otros lugares. Hacía cinco años que no pasábamos en bicicleta por el Trasquilón, más allá de verlo alejado desde la autovía. Este palacete, que hacía cinco años amenazaba ruina, con ventanas tapiadas y muros sucios, se ha convertido ahora en un lugar de eventos, restaurado y cuidado. 
En el final del verano podemos ver garcetas y cigueñuelas por
todos los alrededores, acompañando a los gansos...
   Si antes veíamos las ovejas correr a sus anchas hasta casi dentro del palacete, ahora una verja bien cuidada con indicaciones de perros feroces sueltos limita las intenciones de los curiosos en todas las inmediaciones de la casa. En fin, que los tiempos adelantan que es una barbaridad, y esto no lo decía Heráclito, sino don Hilario en la Verbena de la paloma. Y si con esto conseguimos preservar nuestro patrimonio, pues bienvenido sea...
Detalle barroco del palacete, con almohadillado
y geometrías rodeando el escudo nobiliar.
  Por los alrededores podemos seguir viendo algunas cosas interesantes. Por ejemplo, las aves que frecuentan la laguna de los alrededores del palacete. Garcetas, bueyeras, cigüeñuelas, y los gansos de la granja se dejan ver con facilidad, aunque como la zona está al raso, los pájaros nos ven a mucha distancia y no tardan en huir. Pero en torno a la cuestión geológica, que es la que nos trae por aquí, apenas queda algún lugar donde buscar. Los pedregales que rodean la laguna pueden dar alguna sorpresa. Podremos encontrarnos algún buen cuarzo o algún llamativo chert de colores anaranjados, pero no mucho más. La presencia de ganado tampoco facilita mucho las cosas. Como mucho, algunas turquesas pueden verse reutilizadas en los muros de los alrededores, junto a rocas del entorno -granitos, cuarcitas, pizarras mosqueadas, calizas...-. Algunas escombreras de granito aparecen por detrás del palacio, pero no son visitables. Habría que ir a las fincas de los alrededores para encontrar algo más relevante. 


www.tuaregeventos.com
http://www.mtiblog.com/2011/11/mina-la-union-1955-el-trasquilon.html
Llama la atención lo primitivo de las instalaciones...





Como decíamos previamente, todo cambia, nada permanece. Incluso para la llanura cacereña. De una mina de los años cincuenta (en la que ocasionalmente trabajaba el abuelo del GP gestionando las máquinas), a un lugar de eventos en la actualidad. Las fotos, menos la de la casiterita, no son del GP. 


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